Título original: Groundhog
Day
Año: 1993
Duración: 101
min.
País: Estados
Unidos Estados Unidos
Director: Harold
Ramis
Guión: Danny Rubin, Harold Ramis (Historia: Danny
Rubin)
Música: George
Fenton
Fotografía: John
Bailey
Reparto: Bill Murray, Andie MacDowell, Chris Elliott,
Stephen Tobolowsky, Brian Doyle-Murray, Marita Geraghty, Angela Paton, Rick
Ducommun, Rick Overton, Michael Shannon
Productora: Columbia
Pictures
Género: Comedia.
Romance | Comedia romántica. Vida rural (Norteamérica). Viajes en el tiempo
La comedia como forma de vida
Hacia finales de noviembre de 1944, nació en Illinois Harold
Ramis, una persona que pensaba en la comedia como vehículo para mover la vida.
Desde muy joven decidió que la comedia seria parte fundamental de su vida y
tras graduarse en la universidad comenzó a escribir pequeños guiones para obras
de teatros y skechets humorísticos, formando también parte fundamental de la
más famosa revista humorística de las universidades norteamericanas, National Lampoon.
A finales de los 70, Ramis ya había llamado la atención de
los productores de Hollywood, permitiéndole comenzar con el guión de Desmadre a la americana (National Lampoon’s Animal House, John
Landis, 1978) junto a otros compañeros de la revista. Unos años más tarde,
formaría parte del reparto de otra película en cuyo guión también participaría,
El pelotón chiflado (Stripes, Ivan
Reitman, 1981), donde conocería al que sería uno de sus grandes amigos en la
industria del cine, Bill Murray.
Ramis y Murray volverían a encontrarse para protagonizar,
junto a Ernie Hudson y Dan Aykroyd, una de las sagas más famosas del cine, Los Cazafantasmas (Ghostbusters, Ivan
Reitman, 1984). Con una carrea consolidada y un nombre ya conocido, Ramis se
aventura en su cuarta película, tras la discreta Club Paraíso (Club Paradise, 1986), y junto a Danny Rubin, idea
original suya, escriben el guión de una de las mejores comedias salidas de los
estudios Hollywoodenses, y que hoy en día sigue siendo objeto de estudio en las
universidades debido a la estructura cíclica en la que esta condensada su
historia, Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993) .
El arte de tropezar dos veces con la misma piedra
Phil Connors, un hombre cruel y narcisista, es el hombre del
tiempo en una cadena de televisión que es mandado, por cuarto año consecutivo,
a cubrir el festival de la marmota en un pequeño pueblo de Pennsylvania, celebrado
cada 2 de febrero. Junto a su nueva productora y su viejo cámara, Phil cubre la
noticia con desgana y burla, pero cuando se disponían a marchase quedan atrapados en el pueblo debido
a una ventisca. Tras pasar la noche allí y despertar nuevamente a las 6:00 de la
mañana, Phil descubre que ha vuelto a despertarse el 2 de febrero, donde
volverá a vivir una vez, y otra, y otra, y otra… el día de la marmota en una
espiral de sufrimiento y desesperación que hará que Phil se plantee su
existencia y su modo de ver la vida.
¿Qué hace un hombre cuando descubre que nada de lo que haga
tendrá repercusiones? Phil se cree un hombre superior, piensa que una estrella
de televisión no debe cubrir acontecimientos como es el de la marmota, y sus
ironías con respecto a las cosas que los demás consideran importantes molestan
muchísimo a Rita, su nueva productora, quien lo ve gracioso, pero muchas veces
irritante. Así que cuando Phil asimila que haga lo que haga volverá a despertar
el mismo día sin consecuencias, lo primero que hace es aprovecharse.
Comer sin tener en cuenta su salud, robar furgones de
dinero, engañar a una mujer para acostarse con ella, pegar a la gente…día tras
día, Phil intenta sacar provecha de cada situación hasta que decide ponerse
como reto conquistar a Rita. De este modo, asistimos a un ejercicio de
repetición donde vemos que acciones tomar y frases decir hasta que finalmente
Rita decide besarlo, en una repetición de planos y diálogos que en ningún
momento llega a aburrir, debido al cariz
cómico que adquiere cada situación repetida con el leve cambio producido. Pero
da igual lo que haga, Rita siempre acaba descubriendo que Phil solo está
haciendo un papel para acostarse con ella por lo que la escena siempre termina
con una bofetada.
Nunca sabemos cuántos días han pasado y las cosas que Phil
haya podido hacer, pero la personas egoístas tienen un límite, un punto donde
hagan lo que hagan no están satisfechos, y donde la única salida posible es la
muerte. Así vemos como, a pesar de ser siempre 2 de febrero, la cara de Phil
empieza parecer más apagada, más gris, y donde su desesperación empieza a rayar
la locura, locura que arrastra al personaje a intentar suicidarse de cientos de
maneras distintas, pero siempre con el mismo resultado: 6 de la mañana, en la
radio suena I got you babe de Sonny y
Cher, es el día de la marmota, vuelve a
ser 2 de febrero.
Cuando la desesperación te empuja a la muerte, pero esta no
sirve como solución, Phil abandona su narcisismo y autosuficiencia para pedir
ayuda a la única persona en la que puede confiar. Rita, sorprendentemente cree
a Phil, y esta le dice que tal vez lo que le pasa sea un regalo para mejorar
como persona. Llegados a este punto, Phil comienza a ocupar su tiempo ayudando
a los demás, aprendiendo a tocar el piano, e incluso a esculpir estatuas con
bloques de hielo, pasando día tras día intentando ser mejor persona, llegando a
conocer a todos los miembros del pueblo (Ramis aseguró en una entrevista que
Phil pasó más de 20 años atrapado el 2
de febrero), influyendo positivamente en cada una de sus vidas, hasta que
finalmente llega el día donde Rita cae enamorada ante el nuevo y mejorado Phil,
pasando la noche junto a él. Son las 6 de la mañana, suena I got you babe de Sonny y Rita, pero Phil nota algo distinto, no
está solo en la cama, el locutor de radio a cambiado el discurso, el pueblo
está nevado, es 3 de febrero.
A pesar del paso de los años, Harold Ramis consiguió crear
en los 90 una comedia que a día de hoy sigue siendo de las primeras en cualquier
lista que se haga de cine cómico y familiar, siendo un referente en películas con
estructura en espiral que ha día de hoy es más frecuente de lo habitual, terminando
de consagrar en Hollywood a Bill Murray, donde sin duda alguna es una de sus
mejores interpretaciones, a pesar de no
ser la primera opción que barajó Ramis. También destacar el papel de Andie
McDowell como Rita, que a pesar de no terminar de darle al personaje su toque
personal, no desentona demasiado en las escenas más dramáticas.
Sea como fuese, Harold Ramis se quedó a medias a la hora de transmitir
su mensaje: la vida puede atraparnos en la rutina y convertirnos en perores
personas de lo que ya somos, y solo amando a los demás y compartiendo nuestras alegrías
y tristezas, conseguimos alcanzar la verdadera felicidad para así poder seguir
adelante. Sin embargo, el Phil bueno, el del tramo final de la película, parece
que aprovecha mejor el tiempo ayudando a los demás, pero sigue siendo preso de
una rutina (siempre salva al niño de caer del árbol o ayuda al hombre que se
atraganta en el restaurante), aunque ya no esclavo de ella, sino participe de
la espiral temporal que ha terminado de asumir que habita.
No hay razón más haya que una reflexión personal y una
evolución positiva, llámese karma o lo que guste, para explicar por qué Phil
consiguió salir de la espiral donde habitaba. Lamentablemente, el buen devenir
de la película queda empañado para una escena final excesivamente ñoña y
empalagosa cuando Phil decide que Rita es la mujer de su vida y que quiere
quedarse a vivir lejos de todo, en el pequeño pueblo de Pennsylvania. No obstante,
la película no deja de ser un referente y una cita obligatoria para ver siempre
que se debata que es una buena comedia.
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