Título original: Un
coeur en hiver
Año: 1992
Duración: 105
min.
País: Francia
Director: Claude
Sautet
Guión: Claude
Sautet, Jacques Fieschi, Jérôme Tonnerre
Música: Maurice
Ravel
Fotografía: Yves
Angelo
Reparto: Emmanuelle Béart, Daniel Auteuil, André Dussollier,
Brigitte Catillon, Maurice Garrel, Myriam Boyer, Elizabeth Bourgine, Stanislas
Carré de Malberg, Jean-Luc Bideau
Productora: Film par Film / Orly Films / Sedif / Panavision
/ D.A. Films / FR3 Films Productions
Género: Romance.
Drama | Drama romántico
Un héroe de nuestro
tiempo
Un héroe de nuestro tiempo
es una novela escrita por el ruso Mijaíl Lérmontov en 1839. En ella se describe
un héroe atípico, no al clásico héroe de espada y caballo que se enfrenta al
mal, sino a un héroe humano, un héroe impulsivo, frio, distante y manipulador. El
libro está compuesto por cinco cuentos sobre este personaje, Pechorin, un verdadero
antihéroe. Uno de estos cuentos narra como Pechorin mantiene una relación con
dos mujeres a la vez. El juego que se trae entre ambas termina de la peor
manera posible, Pechorin rechaza a una de ellas mientras es abandonado por la
otra. Su autor dijo que un héroe de nuestro tiempo no representa a un hombre,
sino a todos los vicios de su generación en pleno esplendor.
Algo debió encenderse en la
cabeza de Claude Sauset mientras lo leía ya que la idea de un hombre frio que
conquista la mujer de un amigo para luego rechazarla fue el impulso para
realizar Un corazón en invierno
(1992).
Claude Sauset es uno de esos
directores que no posee la notoriedad de otros compañeros de profesión, pero
que no la necesita, o no la quiere, para realizar con mimo y cuidar hasta el
más mínimo detalle de cada una de sus películas. Nacido en Francia en 1924, estudió
en el Instituto Francés de Altos Estudios Cinematográficos de Altos del Sena y fue
crítico musical en la revista Combate.
Sus primeros pasos en el cine fue como asistente de dirección en Le mariage de Mademoiselle Beulemans (André
Cerf, 1950). Su primera película fue Bonjour
sourire (1955), una película por encargo en la que no quedó claro el
devenir de este realizador. Fue en su segundo film donde Sauset dio su toque
personal, firmando el mismo el guión, pauta que seguiría en la mayoría de sus
películas, en A todo riesgo (Classe tous risques, 1960), donde
destacaría por el realismo de sus escenas y por la excepcional dirección de
actores, algo de lo que siempre Sauset sabe sacar partido.
La filmografía de Sauset destaca
por las relaciones amorosas que suelen surgir entre los personajes, pero sobre
todo por la necesidad de un espectador activo, alguien que sepa separar las
capas con las Sauset rueda cada escena y desentrañar las miradas y los
silencios que brindan los personajes que componen la historia. Tras éxitos como
Max y los chatarreros (Max et les ferrailleurs, 1971) o Tres amigos, sus mujeres…y los otros (Vincent, François, Paul et les autres,
1974) con las que ganó notoriedad internacional, decidió adaptar Un héroe de nuestro tiempo a la época
actual, como resultado quedó Un corazón
en invierno.
Un amor frustrante
Stéphane es un fabricador y
reparador de violines. El trabaja para Maxime, quien está saliendo con Camille,
una violinista que está dando sus primeros pasos en el mundo de la música
profesional. Camille comienza a sentirse cada vez más intrigada por el
comportamiento de Stephane, quien a pesar de su semblante frio y distante,
parece estar reprimiendo sus sentimientos hacia ella, cosa que hace que empiece
a enamorarse de él.
Como Pechorin en la novela de Lérmontov, Stephane
es un hombre frio, impertubable, con aires de manipulador que solo muestra un indicio
de pasión cuando se trata de violines. No le preocupa perder a los seres que le
rodean, como su gran amigo Maxime, hecho que queda constante por el continuo
acercamiento hacia Camille. Su imperturbabilidad, su carencia de emociones y su
soledad, forman parte de una vida cerrada y organizada, a modo de escudo ante
cosas banales como la amistad o el amor.
Como contraparte está Camille,
una joven guapa, lista e impulsiva, que pone su corazón en todo lo que hace.
Camille se comienza a enamorar, o encaprichar, de Stéphane cuando ve el cariño
con el que arregla su violín y la sinceridad con la que le habla para decirle
cuando un ensayo no ha sido bueno.
Estas diferencias, este ying yang
entre lo pasional y lo imperturbable, no podría encontrar mejor representación
que en Daniel Auteuil y Emmanuelle
Béart, dos de los mejores actores del panorama francés, que no precisan de
dialogo para transmitir todo lo que piensan, todo lo que quieren y a la vez no
necesitan decirse. El ultimo vértice de
este triangulo es Maxime, quien vive en la falsa creencia de que Stéphane es su
amigo tras años trabajando juntos.
Tras darse cuenta de que no puede hacer nada
para separar a su amigo y a su novia, finalmente da su bendición a los dos para
que puedan iniciar una relación. Pero cuando Camille decide entregarse a los
brazos de Stéphane, este la rechaza con un contundente “Yo a ti no te amo”.
Desde este punto, la apasionada Camille se distancia de Stephane, del que no
vuelve a fiarse del todo y que su frialdad, que antes la atraía, ahora la
repudia hasta el asco, y decide volver a su relación con Maxime, quien en
primera instancia corta su relación con Stéphane, pero que finalmente decide
seguir con su amistad, pero mucho más deteriorada. En cambio Stéphane, sigue
con su imperturbabilidad, con su violines y con su aparente falta de necesidad
de amistad o amor.
Queda claro que la película consigue
mantener la atención del espectador
gracias a las sobresalientes interpretaciones de sus protagonistas, y
que la mezcla de la banda sonora con los silencios en las conversaciones sirven
para crear ese clima de falso romanticismo, de amor imposible y frustrante que
Sauset logra transmitir en una historia ya vista muchas veces en el cine, pero
muy pocas con un final tan helador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario